¿Quiénes son realmente líderes? ¿Los megamultimillonarios o aquellos que, con un propósito claro, han sido capaces de inspirar, transformar y guiar a otros hacia un objetivo común?
Está claro que el liderazgo auténtico no se mide solo en éxitos materiales, sino en la capacidad de generar impacto y sentido, tanto en las personas como en las organizaciones.

Hace unos días, tuve el privilegio de participar en la 5ª edición del MENTORAES PURPOSE DAY, junto a Elena Ramírez, mi socia. Una jornada profundamente enriquecedora organizada en un entorno natural donde, junto a otros directivos, reflexionamos sobre cómo reconectar con el propósito en nuestras organizaciones y en nuestras vidas.

Cristóbal Colón, fundador de La Fageda, lo expresó perfectamente: «El sentido del trabajo es un trabajo con sentido». Esta frase encapsula el espíritu de las conversaciones que tuvimos durante la jornada, en donde pudimos compartir nuestra visión sobre cómo los valores y el propósito pueden convertirse en el motor que impulsa tanto a las personas como a las empresas hacia un crecimiento sostenible.

 

La línea de nuestras vidas

La universidad nos brindó una base sólida de conocimientos, pero rara vez nos prepara para ser verdaderos líderes. Para ejercer un liderazgo efectivo, es fundamental primero conocernos a nosotros mismos, identificar nuestra pasión y definir nuestro propósito personal.

Pero, ¿cómo descubrimos nuestro propósito? ¿Qué nos hace alinearnos con ciertos valores?

La jornada de Mentoraes fue una revelación al mostrarme cómo trabajar en un liderazgo con propósito, desafiándonos a salir de lo aprendido y explorar nuevas formas de pensar.  Sé que somos el reflejo de nuestras experiencias a lo largo de los años. Sin embargo, durante esta sesión, al trazar la línea de mi vida, pude reflexionar sobre cómo cada evento, ya sea positivo o negativo, ha dejado una huella de aprendizaje que ha moldeado los valores que hoy guían mis decisiones.

 

Un propósito con impacto

Al analizar mi propio camino y cómo mis experiencias han influido en mi forma de liderar, me doy cuenta de que el propósito de Kreston Iberaudit también está profundamente marcado por esa misma idea de crecimiento personal y colectivo. Mi propósito es que Kreston Iberaudit siga siendo una empresa distinta, centrada en las personas y en crear un impacto que trascienda a nuestros clientes.

Quiero que Kreston sea una organización que no solo logre resultados, sino que también promueva la felicidad de sus profesionales, el aprendizaje continuo, la conciliación y el bienestar. Que sea un lugar donde se valore tanto el crecimiento profesional como la calidad de vida personal. Y, lo más importante, que sea reconocida por la excelencia de su trabajo y por el aporte significativo que realiza a la comunidad. Porque, al final, el verdadero propósito no solo es lo que hacemos, sino cómo transformamos el entorno que nos rodea.

 

El camino hacia el futuro

Participar en iniciativas como Mentoraes es un recordatorio poderoso de que el propósito y los valores son las brújulas que guían a las organizaciones hacia un crecimiento significativo y sostenible.

En Kreston Iberaudit, sabemos que el cambio significativo comienza desde adentro, y eso no solo implica lograr resultados, sino fomentar una cultura que inspire a todos a trabajar con propósito hacia un objetivo común. Queremos dejar una huella duradera en quienes nos rodean, porque el verdadero impacto no se mide solo en cifras, sino en la diferencia positiva que somos capaces de generar en nuestro entorno, desde dentro hacia fuera.